SURGIMIENTO DE ATAQUES NEUROLÓGICOS POR PRIONES

Es bien sabido que las proteínas son sustancias químicas imprescindibles para los seres vivos, pero esto no quiere decir que siempre sean beneficiosas para nuestro cuerpo, ya que ciertos tipos de proteínas pueden ser causantes de enfermedades, este seria el caso de los priones, agente infeccioso formados por una proteína conocida como priónica, capaz de producir agregados moleculares aberrantes causantes de enfermedades como la enfermedad de las vaca locas, así como de la de Creutzfeldt- Jakob o la tembladera.


Una serie de científicos ha estado estudiando estas proteínas para entender su funcionamiento, llegando a la conclusión de la existencias de cepas (igual que los virus) causantes de las enfermedades antes citadas.


Uno de los muchos efectos que pueden llegar a causar este tipo de proteínas mal plegadas, es el inducir al resto de proteínas para un mal plegamiento, dando lugar a enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer (beta-amiloide) o el parkinsón. Aunque el motivo por el cual algunas de ellas actúan sobre el tálamo y otras en la corteza cerebral, formando así distintos tipos de enfermedades, es desconocido.

Sin embargo, un grupo de científicos españoles dirigidos por Joaquín Casillas, en el Centro de Investigación Cooperativa en Biociencias, junto con la Universidad de Santiago de Compostela, de Salamanca y el Laboratorio Central de Veterinaria de Madrid, podrían ser capaces de resolver este enigma.

Este grupo de investigación partía con la base de que de que las cepas priónicas son las causantes de que se forme una u otra patología, aunque también tenían la hipótesis de que tales diferencias no se deben solo a un mal plegamiento.

Tras diversas investigaciones, se llegó a la conclusión de que el motivo por el que estas proteínas se daban en diversas áreas se debe a la existencia de cofactores (moléculas que presentan repeticiones de subunidades de carga negativa) que ayudan a las proteínas mal plegadas a depositase en una u otra área del cerebro.

Conociendo la existencia de estos cofactores nos podría proporcionar las localizaciones de las cepas, dando lugar a nuevas formas de comprender este tipo de enfermedades así como un paso más para encontrarles un remedio.

Fuentes: La Vanguardia, Noticias de la Ciencia y la Tecnología

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