EL OCÉANO CALIENTE DE ENCÉLADO


En uno de los satélites de Saturno, Encélado, se abre la posibilidad de que haya o hubiera vida, tras descubrir una gran masa de agua con una actividad hidrotermal bajo su inmensa capa de hielo.


Al ser uno de los satélites internos de Saturno (Mimas, Tetis, Rea, Titán, etc.), y orbitar en la zona más densa del anillo (la cual es una de las más externa), ha contribuido a que sea una de las lunas de este planeta que haya sufrido toda clase de investigaciones desde hace años.


Dentro de muchas de estas 
investigaciones podíamos incluir algunas que decían que había posibilidades de la existencia de una gran masa de mar bajo la capa superficial del planeta, a pesar de que en su tiempo era una simple hipótesis, hoy podemos estar seguros y verificar esta teoría a partir de un nuevo estudio obtenido.

Un informe procedente de la Agencia Espacial Europea (ESA), sugiere que a unos pocos kilómetros  (aproximadamente 2 kilómetros) por debajo de la capa helada de este satélite, es posible la existencia de un océano en estado líquido. Esto se comprobó a través de la observación de microondas por medio de la nave Cassini. El instrumento empleado en este estudio registró la emisión térmica de microondas, revelando a su vez una caliente y superficial región que presentaba anomalías térmicas que coincidían con grandes fracturas semejantes a los surcos, lo que da a entender que existe un sistema de producción y transporte de calor que se esparce por debajo del terreno.

Por otra parte, otra de las muchas posibilidades que afirman la existencia de esta masa de agua, es que a lo largo de las investigaciones realizadas sobre este satélite, se realizaron diversos modelos sobre su estructuras y capas internas, llegando a la conclusión de que debía de existir algo entre el núcleo y la capa superficial de Encélado, ya que si estuvieran unidos directamente, el núcleo aportaría tanto peso muerto que se obtendría resultados menores de bamboleo que los obtenidos en las oscilaciones.

Es posible, que el agua de este océano oculto sea la misma que el satélite expulsa al espacio en forma de chorros de vapor compuesto por agua y cristales, que posteriormente se incorporan al extenso anillo de Saturno.

Gracias a las nanopartículas de dióxido de silicio que han sido analizadas por el detector de polvo de Cassini, demuestran que las temperaturas alcanzadas en el supuesto lecho oceánico superan los 90 grados Celsius e incluso puede llegar hasta los 200 grados Celsius.

Varios investigadores consideran que la vida en la Tierra se originó en las regiones del fondo oceánico en unas condiciones muy similares a las características que se encuentran en las aguas de Encélado. El hallazgo sobre sus tres fracturas inactivas, las cuales son mucho más elevadas a las otras, aportan más dudas sobre este satélite de Saturno.

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